Nada tiene que ver este piso con el que era antes de la reforma, llevada a cabo por el equipo de Marta Sellares. Se trataba de una de esas viviendas antiguas de no pocos metros, tiene 100 m2, pero excesivamente compartimentadas -tenía cuatro dormitorios- y con una decoración general oscura y muy recargada. Marta se puso manos a la obra con la mente puesta en conseguir el doble objetivo marcado por los dueños del piso, un matrimonio de mediana edad, de crear espacios más amplios y llenos de luz.Para lograrlo reformó el salón, la cocina y el baño. Donde antes estaba el comedor ubicó la zona de estar y el dormitorio de la habitación contigua lo convirtió en comedor. Además, al comunicarlo con el estar mediante una doble puerta corredera consiguió dar amplitud a los dos ambientes, sin renunciar a que tuvieran privacidad cuando se necesite.También cambió por completo la distribución de los muebles de la cocina y sustituyó la puerta por otra corredera; medidas con las que ganó el espacio suficiente para poner un comedor de diario. Y en el baño, se cambió la bañera por una ducha, lo que le ha dado amplitud y también mayor comodidad.En la foto vemos la zona de estar, que la componen una mesa de centro de madera oscura y dos sofás tapizados en chocolate, todo de Kono Sur. Los cojines de alegres colores, de Filocolore, avivan.